Bitcoin es una moneda, como el euro o el dólar estadounidense, que sirve para intercambiar bienes y servicios. Sin embargo, a diferencia de otras monedas, los Bitcoins son una divisa electrónica que presenta novedosas características y a priori destaca por su eficiencia, seguridad y facilidad de intercambio.
Su mayor diferencia frente al resto de monedas, es que se trata de una moneda descentralizada, por lo que nadie la controla. Bitcoin no tiene un emisor central como los dólares o los euros, la criptomoneda es producida por las personas y empresas de alrededor del mundo dedicando gran cantidad de recursos a la minería.
Veamos algunas características de introducción a Bitcoin:
- No pertenece a ningún Estado o país y puede usarse en todo el mundo por igual.
- Puedes cambiar bitcoins a euros u otras divisas y viceversa, como cualquier moneda.
- No hay intermediarios: las transacciones se hacen directamente de persona a persona.
- Es descentralizada: no es controlada por ningún Estado, banco, institución financiera o empresa.
- Es imposible su falsificación o duplicación gracias a un sofisticado sistema criptográfico.
- Las transacciones son irreversibles.
- No es necesario revelar tu identidad al hacer negocios y preserva tu privacidad.
- El dinero te pertenece al 100%; no puede ser intervenido por nadie ni las cuentas pueden ser congeladas.
¿Cuál es el valor de Bitcoin?
Un factor clave que determina el valor del Bitcoin es su popularidad: cuanto más conocida sea la moneda y más gente desee utilizarla, más aumentará su demanda en los mercados de intercambio y esta irá incrementando su valor.
A fecha 26 de mayo de 2016, 1 bitcoin equivale a 405.74 €
¿Cómo funcionan los bitcoins?
Tal como hemos comentado, cada bitcoin es un código encriptado que se asocia a una dirección de bitcoin, perteneciente a una persona. La dirección de bitcoin indica quién posee la moneda, pues el concepto es el mismo que el dinero en metálico: la posesión es anónima, el dueño es quien la tiene en su poder en cada momento.
Las direcciones de bitcoin se guardan en monederos, que pertenecen a personas físicas.
Cuando dos usuarios hacen una transacción de bitcoins (cambian divisas, pagan o cobran con la moneda) dicha operación no es válida hasta que la validen los usuarios de la red P2P de Bitcoin, compuesta por otros usuarios, y por mineros.
Las transacciones se agrupan en bloques y requieren complejos cálculos matemáticos para procesarse, una potencia de cálculo que aportan los mineros. Como recompensa a su trabajo, cada 10 minutos se genera un nuevo bloque con un nuevo bitcoin sin dueño, que se lo reparten los mineros que han participado en la creación del bloque.
En efecto, nuevos bitcoins se van generando cada cierto tiempo, así es como crece el mercado. Aunque sólo podrán existir un máximo de 21 millones de Bitcoins, pero se tardarán años en llegar a esa cifra.
Como cada vez hay más mineros, cada vez toca a menos el reparto, por eso se permite que una parte de las transacciones, una especie de “propina” o tasa, vaya a los mineros. Esta tasa la elige el que paga, y como más alta sea, más rápido procesan tus transacciones.
¿Cómo sabemos realmente que nunca habrá más de 21 millones de bitcoins?
No lo sabemos con absoluta certeza. Pero podemos estar bastante seguros de ello porque sería muy poco probable que el mercado apoye una ampliación del límite de 21 millones de monedas, ya que la rigidez de ese límite es una enorme fuente de confianza para los inversores. El mercado siempre tiene el control; y este control no puede eludirse.
¿Es rentable minar monedas?
Pues siendo sinceros, con un ordenador doméstico, no. Tened en cuenta que la minería se puso de moda hace tres o cuatro años, y mucha gente comenzó a conectar equipos en paralelo y varias tarjetas gráficas y CPU.
Después surgieron los chips ASIC (Circuitos Integrados para Aplicaciones Específicas) especializados en Bitcoin, capaces de procesar las transacciones hasta 100 veces más rápido que un PC doméstico.
¿Es volátil?
Al tratarse de una moneda anónima, es utilizada en operaciones delictivas como la compra de drogas o blanqueo de dinero. La desmantelación de la red de drogas Silk Road, hizo caer la cotización del Bitcoin más de un 50%.
El pasado mes de febrero, Mt. Gox, una de las plataformas de cambio (te cambian bitcoins por dinero real, y viceversa), sufrió un robo masivo de más de 700.000 bitcoins, y la cotización volvió a caer más de un 30%, aunque se ha recuperado.
Lo cierto es que las bases de las monedas criptográficas son aún débiles, más por temor que por su propia naturaleza. Los bancos prohíben hacer operaciones con ellas. Apple ha expulsado a los monederos de Bitcoin de la App Store. Algunos países, como China, limitan su uso. En otros, como Japón, se la considera una mercancía (como el oro), no una moneda, y hay que pagar impuestos al usarla.
Y tú, ¿comprarías ahora bitcoins?
Rodrigo L. Barnes – Consultor de Marketing y Estrategia
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