Las empresas value (valor) son compañías establecidas con beneficios constantes, suelen pagar dividendos y cotizan a un precio inferior a su valor intrínseco y de mercado. Por otro lado, las empresas growth (crecimiento) buscan superar al mercado en el futuro, con mayores expectativas de rentabilidad y asumiendo un riesgo más alto, enfocándose en la innovación.
Las empresas tecnológicas a menudo tienen un componente de crecimiento debido a la necesidad constante de inversión en investigación y desarrollo para mantenerse competitivas, aunque muchas ya se encuentran en un punto intermedio entre valor y crecimiento.
Por ejemplo, algunos consideran que Apple transita entre el crecimiento y el valor, inclinándose cada vez más hacia una acción de valor en los últimos años.
En los últimos quince años, las tasas de interés extremadamente bajas han causado un desequilibrio en el mercado, favoreciendo a las empresas growth. Con tasas cercanas a cero, los inversores han preferido asumir riesgos a largo plazo en acciones, favoreciendo a las empresas con proyecciones de flujos de efectivo futuros (crecimiento) sobre aquellas que generan ganancias inmediatas (valor).
No obstante, los aumentos en las tasas de interés suelen beneficiar a las acciones de valor y viceversa. Esto se evidenció con la reciente subida de tasas en 2022, que provocó una caída en las acciones tecnológicas y un desplazamiento de los inversores hacia la seguridad de las acciones de valor.
El Índice MSCI World Growth cayó casi un 30% en 2022, mientras que el Índice Value disminuyó alrededor de un 8,5%.
Durante la primera mitad de 2024, el dominio de las acciones de crecimiento ha continuado, impulsado por las «Siete Magníficas», especialmente Nvidia, en un entorno de desarrollo tecnológico industrial.
El actual desarrollo de la inteligencia artificial, junto a otras tecnologías es una de las claves para determinar si el negocio de este tipo de empresas seguirá creciendo en los próximos años, y todo indica que lo hará a corto plazo.
En paralelo se tendrá que seguir la evolución de los tipos de interés, aunque apunta a que seguirán bajando, no parece que vayan a alcanzar los valores previos a la pandemia, veremos.
Fuente: pexel
Rodrigo L. Barnes
Consultor de Marketing y Estrategia tecnológica
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